Pepa Pombo

Desde el nombre es original en esta mujer desparpajada y simpática que, a pesar de ser cachaca, habla con el acento mexicano que se le "prendió" durante los años que vivió en Ciudad de México. Su paso por el país azteca le permitió romper fronteras en el campo del diseño y logró que sus creaciones se conocieran en París, Italia, Estados Unidos, Hungría, Arabia Saudita y América Latina.

Nació en Bogotá pero vivió su infancia y adolescencia en Perú. Al regresar a Colombia estudió Bellas Artes en la Universidad de los Andes; habría podido ser una gran pintora, -algunos cuadros lo certifican- pero su vocación eran las texturas.

Desde muy niña tuvo predilección por los tejidos, las sedas, los  juegos de color, las formas  tridimensionales. Es fácil imaginarla vistiendo sus muñecas porque también las inventó y las comercializó con éxito. Cada objetivo cumplido le abría otra meta hasta que llegó a lo suyo: el diseño y confección, la moda femenina  como expresión de un estilo de vida. Cuando lo descubrió, enfiló baterías y empacó maletas; quería conquistar el mundo para mostrarle sus creaciones. Un arranque muy propio de los creativos. Así llegó a México donde nadie la conocía y con la fuerza de sus hilos derrumbó muros culturales, tendió puentes, abrió nuevos caminos a países lejanos y consolidó una marca  de características únicas.

La calidad y originalidad en las prendas con algodones retorcidos, bucles en hilandería y variedad de tintes, permitieron que conocedores sobre el tema la señalaran como la "artesana de las texturas: "Quienes se visten con mi ropa buscan algo especial, no aceptan uniformarse y reconocen el trabajo manual Yo no soy moda sino estilo, y el estilo permanece y pertenece”.

Pepa se ha mantenido vigente en el mundo de la moda durante 30 años, un buen récord porque se lanzó a este tejemaneje con la inquietud de que una sociedad tan tradicional como la colombiana aceptara el reto que se había impuesto. Pero la bogotana causó impacto con sus fibras y relieves porque contrastaron con las telas lisas y simples que se fabricaban en su momento.

"La gente no lo entendía muy bien pero lo compraba. Mis creaciones eran con materiales que se usaban para forrar muebles, las capas no existían. Tuve una profesora espectacular que fue Olga de Amaral. Su influencia fue clave para meterme en este cuento."

Desde entonces Pepa trata de llevar una prenda confeccionada por ella todos los días como amuleto de la buena suerte. Sabe que, de alguna manera, esto influyó para que se le abrieran las puertas en México, un país que lleva en su corazón. "Un día caminaba por el Palacio de Hierro y empecé a sentir que me perseguían. De pronto me dijeron: ¿Disculpe de dónde sacó usted ese traje?: Lo hago yó , contesté. El día que ofrezca sus creaciones al Palacio de Hierro estoy seguro de que se las compran todas, le comentó aquel señor que era nada más y nada menos que el director general de ese reconocido almacén por departamentos.

Hoy exhibe sus creaciones en las zonas mas chic de Colombia, Panama, Suiza, y Estados Unidos. Sus sacos, capas, pantalones y vestidos los han comprado personalidades del jet set mundial como Jacqueline Kennedy, Elizabeth Taylor, María Felix, las Primeras Damas de México, las Infantas Cristina y Elena, y el Rey de España, quien tuvo el privilegio de llevarse el primer Pepa Pombo confeccionado para hombre.

Tomado de http://www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=5967

Instagram: @pepapombocom


 

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