Milan Fashion Week Moshino Otoño - Invierno 16/17
Unas lámparas de araña gigantes colgaban de las modelos sobre una pasarela cubierta de alfombras persas, tintineando entre los muebles raídos el siglo XV que recordaban la puritana Hoguera de las vanidades. Las modelos de Moschino paraban a posar bajo un arco, lugar idóneo para exhibir las creaciones de cristal.
Esta graciosa parodia de la alta costura contaba con muchos seguidores en mi Instagram la última vez que miré. Si este éxito era debido a mis fotos, más bien movidas, o al diseñador Jeremy Scott es una buena pregunta, porque el cuenta con todo un séquito de seguidores.
Moschino está que arde gracias a su dinámico diseñador estadounidense –y en este desfile de manera literal, porque salía humo alrededor de una de las modelos a modo de efecto teatral... para después darnos cuenta de que ese humo subía zigzagueante de la piel del vestido que se estaba chamuscando en su propio trasero. Los parches ardientes eran los nuevos adornos para los miriñaques, casi tan grandes como las lámparas. El humo provenía de unos artilugios mecánicos insertados bajo las prendas. Tal y como lo describió Jeremy: “¡Apocalipsis WOW!”
Todo podría sonar a gran mamarrachada. Pero en realidad este es un nuevo punto de partida para Jeremy, que anteriormente se había centrado en temas del tipo 'lavado de coches' de la pasada temporada, en la que cada prenda hacía referencia a una señal de tráfico, y que despertó las iras de la organización por lo caótico de su dirección.
Este show ha sido diferente: pocos fans gritando en el exterior y más sofisticación en escena. Incluso la sastrería era más seria, si no le das importancia, claro, a que tu abrigo a medida vaya decorado con cigarrillos encendidos gigantes.
Estos asuntos aparte, el desfile se basó en los vestidos de fiesta, con girones de tafetán construyendo un gran arco que revelaba la ropa interior y botas por encima de la rodilla; o una esbelta cola de seda que envolvía unos vaqueros rajados.
Es difícil de decir, con todo este espectáculo, si Jeremy ha ofrecido un armario creíble.
'El humo se mete en los ojos', como en la canción. Y esta ha sido la historia de este bufón que ha conseguido forjarse una carrera en la moda con sólo un 50% de seriedad en sus diseños. Por otro lado, esta temporada hay un bolso con forma de cajetilla de cigarrillos. En vez del mensaje de advertencia habitual, pone: “La moda mata”. Qué agridulce.
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