Rodríguez evocó el trabajo ancestral de los artesanos plasmado en ricos bordados en algodones, shifones y sedas. Faldas y vestidos sobre la rodilla en colores crudo, blanco y azul, caracterizaron la aplaudida propuesta de la diseñadora bogotana quien también trabajo una delicada línea infantil y conjuntos de pantalón y chaqueta en los que los accesorios elaborados en yute y otras fibras naturales le imprimieron a su colección los valores ancestrales que, desde un comienzo, se propuso resaltar.