"Me encanta ser testigo del gran respaldo que siempre he recibido del público, me llena de orgullo y me hace sentir mucho más seguro de mí mismo. Pero al mismo tiempo esta situación hace que me pregunte constantemente qué he hecho yo para merecerlo. Me avergüenza pensar que hay ciertas personas que me tratan como si fuera alguien especial, cuando creo que todo el mundo es especial a su manera. No sé si lo merezco, la verdad, pero es cierto que también lo disfruto mucho, y eso me provoca sentimientos contradictorios. No es algo fácil y cómodo de asimilar", confesó el exmarido de Uma Thurman al diario dominical The Observer.
El intérprete estadounidense acepta tener una relación de amor-odio con la fama y con la proyección pública de su profesión, una circunstancia que le lleva aevitar prestar su imagen a cualquier marca o empresa que necesite publicitarse. En su opinión, numerosos compañeros de profesión en la meca de Hollywood exhiben una cierta hipocresía al tratar de proteger su intimidad con uñas y dientes mientras que, al mismo tiempo, cultivan su faceta mediática al firmar jugosos contratos para aparecer en multitud de campañas publicitarias.
"Creo que todos los actores, y yo incluido, tenemos una extraña relación con la fama. La odias, la aceptas y a veces incluso sientes el indomable antojo de hacerte querer un poco con el público. Sin embargo, yo no entiendo que algunos de mis compañeros intérpretes se entusiasmen más con la idea de aparecer en una campaña publicitaria que con el hecho de desarrollar una carrera profesional digna. Por una parte, quieren evadirse de la vida pública para tener algo de intimidad, y por otra celebran cada contrato publicitario como si les hubiera tocado la lotería, sin preguntarse cuál es el mérito interpretativo de esos logros", aseveró Ethan Hawke, quien protagoniza el exitiso thriller "The Purge".
Fuente: elespectador.com; Fotografía de google.com